El barco de alejandro, pequeño, familiar, te da muchas explicaciones, te regala un vaso de vino y un cacho de empanada.
El entorno donde esta el embarcadero es super bonito
La ruta en el barco es preciosa, dura como una hora recuerdo y se ven cosas muy interesantes, sobre todo las viñas en las cuestas de las montañas cayendo al rio, alucinante que puedan cultivar y mantenerse de pie en un terreno totalmente empinoso y siendo una cuesta total.
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